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Valle es la capital del municipio que da nombre a todo el valle, Cabuérniga. El Valle de Cabuérniga, formado además por los municipios vecinos de Los Tojos y Ruente, se caracteriza, entre otras cosas, por conservar de un modo extraordinario tradiciones de antaño, siendo una referencia cultural para toda la región. Es una zona donde se conservan, como en pocos lugares, la particularidad de la etnografía y folclore cántabros, existiendo una gran diversidad mitológica y de leyendas tradicionales, como se recoge en los libros de Manuel Llano, escritor nacido en Sopeña.

La Villa de Valle está declarada Conjunto Histórico desde 2004. El patrimonio construido en torno a los barrios con sus casas y huertos, junto a la mies con prados cercados, y el monte con sus pastizales, bosques autóctonos y repoblaciones, reflejan una visión de lo que fue y aún hoy se conserva, una forma de vida en perfecta simbiosis con la naturaleza que se refleja en el resto de los pueblos de este Valle de Cabuérniga.

Comenzamos este paseo de apenas 1 kilómetro en el Barrio de Abajo, frente al conjunto de casas conocidas como “El Cuartel” o “El Sindicato”. Desde allí, y en dirección Norte, el viajero podrá contemplar otras edificaciones significativas como la casona de Los Torales o la conocida como “hilera de La Fonda“, hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento, cuyo edificio alberga en sus bajos las oscuras mazmorras de la cárcel construida en el siglo XVI.

Después, cruzando con cuidado al otro lado de la carretera, en el Barrio de Arriba se sitúa la iglesia de San Pedro, la casa natal de Augusto González de Linares y bellos ejemplos de construcciones que van desde las casas llanas renacentistas, las hileras de casas con distintos modelos evolutivos, hasta las casas neoclásicas del siglo XIX.

 

ITINERARIO

Casonas del Sindicato

Comenzamos ante este conjunto de casas conocido como “El Cuartel” o “El Sindicato”, ya un de ellas fue en su día cuartel de la guardia civil.

Delante tenemos un magnífico conjunto de dos casonas montañesas barrocas pareadas, claros ejemplos de la casona montañesa. La de la derecha mantiene todos sus elementos y el espíritu tradicional intactos: fachada de sillería, arcos de medio punto y solanas de 4 tramos, aunque uno de ellos se ha cerrado con una galería acristalada.

Casona de los Torales

A pesar de responder a las características generales de la típica casona montañesa, tiene algunas particularidades: la fachada está construida en piedra de mampostería sin encalar y la sillería aparece en los esquinales y vanos. Solo posee un arco de medio punto que da acceso al soportal y la solana conserva la talla original con motivos de castañuelas.

Hilera de la Fonda

Esta hilera formada por tres casas de diferentes épocas y estilos, es un estupendo ejemplo para conocer las etapas de la evolución de la casa típica montañesa desde el siglo XVI hasta la actualidad.

En ocasiones las casas se iban juntando unas con otras aprovechando una de las paredes formando hileras. En este caso, la casa más baja responde al modelo de Casa Llana del siglo XVI, caracterizada por tener una sola planta, pocos vanos o muy pequeños, una sola puerta de acceso rematada en arco de medio punto y un amplio soportal. La casa situada a su izquierda, junto a la plaza del Ayuntamiento, posee dos fachadas, siendo la original -renacentista- la que se orienta al Sur. Está construida en sillería, y destaca el gran arco de medio punto situado en la planta baja. La fachada lateral es del XIX y ha sido reformada; aquí encontramos el escudo nobiliario de los Rubín de Celis, donde se leen las fechas de 1649 y 1869, de construcción y reforma del edificio.

Finalmente, a la derecha de la casa llana encontramos una típica casona con solana y soportal de finales del XVIII, con fachada de sillería que, tras una reforma modificó su aspecto con la introducción de un gran buhardillón en el tejado y la sustitución de los arcos de medio punto de la planta baja por 3 puertas adinteladas.

La casa típica de Cabuérniga es el resultado de la evolución social y económica de la comarca, así como de la adaptación al medio en que se construye. Así pues, la llegada del maíz de América dio origen a la aparición de la solana, ya que era necesario un espacio en el cual poder secarlo. La aparición del soportal también responde a necesidades asociadas a la actividad económica predominante en el valle, ya que era el espacio utilizado para guardar los aperos de labranza y para realizar trabajos artesanales al resguardo de las inclemencias del tiempo.

Ayuntamiento – antigua cárcel

El edificio del Ayuntamiento posee más valor histórico que arquitectónico, ya que alberga aún en su interior las estremecedoras mazmorras de la cárcel del siglo XVI, como testigo de aquel inhumano sentido de la justicia de la sociedad feudal. Son reseñables los contrafuertes de la fachada posterior, destinados a soportar el empuje de las bóvedas de las celdas, que aún se conservan.

Casa neoclásica. La Fonda

Frente al Ayuntamiento, ya en el Bº de Arriba, tenemos un claro ejemplo de casa neoclásica de finales del siglo XIX de planta rectangular, tres alturas más desván y muros de mampostería. Su construcción es anterior al trazado de la carretera, prueba de ello es la construcción de enfrente, la cual es una dependencia de la casa. El trazado de la actual carretera también dividió el pueblo en dos barrios, el Barrio de Abajo y el Barrio de Arriba (donde nos encontramos).

Casa de Don Augusto González Linares

Junto al cruce hacia Carmona, en la plaza, se sitúa la casa natal de los González de Linares, cuya planta y estructura recuerdan a la de las antiguas torres de defensa de época medieval.

Consta de dos edificios diferenciados, a la izquierda una casona montañesa reformada en el siglo XIX de la cual quedan los cuatro arcos sustentados por pilares decorados de la planta baja; y a la derecha, una casa-torre neoclásica de aspecto macizo, fachada de sillería y gran altura con molduras que dividen sus 3 pisos. En la fachada Sur, sobre el balcón, se ubica una placa que recuerda un encuentro entre Augusto González Linares, Francisco Giner de los Ríos, Manuel Ruíz de Quevedo y Nicolás Salmerón, fundadores de la Institución Libre de Enseñanza.

Sabías que... el linaje de los González de Linares está ligado estrechamente a la cultura de Cabuérniga. Augusto nació en Valle en el año 1845. Fue un científico naturalista de referencia nacional, creó y dirigió la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimental (hoy Museo Marítimo del Cantábrico), e impulsó la creación de la Institución Libre de Enseñanza, fórmula empeñada en sacar las aulas al campo, hacer de las excursiones de la naturaleza un crisol en que difundir conocimiento y divertimento, y desterrar los cánones arcaicos de la enseñanza en el medio rural.

Casa en “El Ricote”

Esta típica casa montañesa, a pesar de presentar algunas reformas, aún conserva elementos originales como el arco de medio punto del piso bajo, o una ventana en el hastial izquierdo con los cercos moldurados de sillería y un relieve en forma de ondas. Conserva una inscripción que data la casa en el siglo XVIII.

Conjunto del Barrio de Arriba

En esta pequeña plazoleta termina nuestro paseo por Valle. Aquí podemos ver dos casas de distintas épocas. La casa de la derecha es la típica casa del siglo XVIII, en la que destaca el cuerpo lateral construido en buena sillería, el balcón volado con balaustrada de forja en el muro hastial (o cortavientos) derecho, y sobre todo dos benditeras de piedra a cada lado, cuyo origen puede ser anterior, de tipo religioso, más antiguo que la casa.

La otra casa es completamente diferente, similar a una de las casas situadas en la “hilera de la Fonda”, junto al Ayuntamiento, ya que ambas son del siglo XIX por lo que comparten elementos comunes como el gran buhardillón central, también cerrado y acristalado, que permite aprovechar el desván como vivienda ó la verja de forja que ambas tienen delante. Esta ha sufrido diversas reformas, como nos muestran los cierres parciales de la solana.

Las reformas que hemos visto en las distintas casas, son consecuencia del abandono de la actividad agraria, que se traduce en que la vivienda se usa exclusivamente como vivienda, y comienzan a surgir cambios como cierres en los soportales o solanas o apertura de buhardillones para aprovechar el desván, ya que estos espacios pierden su función original de secadero y almacenaje de las cosechas.

Desde la plazoleta, el regreso se puede realizar por el mismo itinerario (en sentido inverso), o bien, avanzando unos metros por una calleja situada a la mano izquierda, a través de una cambera* que discurre paralela al arroyo Rubial, finalizando este paseo de nuevo frente a la Casa de la Fonda (junto a la carretera general).

Cambera (léxico montañes): camino rústico, vereda o senda, para el tránsito de carros.