Catalogada como Punto de Interés Geológico, la Fuentona de Ruente es una surgencia natural de agua que brota al pie de una pared de roca caliza, al sur del pueblo de Ruente.

Se caracterizada por manar variables caudales de forma intermitente, llegando a quedar totalmente seca por cortos espacios de tiempo de una forma no periódica. Lo destacable de esta fuente es que no es tal fuente, sino el nacimiento de un río.

De las aguas de esta cavidad se sirvieron viejos batanes y molinos harineros, piscifactorías de trucha y la fábrica de luz “la Deseada”; aún hoy día sigue siendo útil, surtiendo de agua potable a varias poblaciones del valle del Saja. Muchos estudios identifican la Fuentona con las “Fuentes Tamáricas” descritas por Plinio en el s.I d.C. El origen probable de la fuente es la intercomunicación en un curso subaéreo de una red de conductos subterráneos (fuentes) existentes en la zona, con lo cual la naturaleza freática puede ser la más acertada.

Sin duda se trata de uno de los lugares más hermosos de Ruente.

EL MISTERIO DE LAS INTERMITENCIAS

La Fuentona es bien conocida por la rareza de su cavidad y por el fenómeno de las intermitencias. El manantial de flujo regular, repentinamente deja de manar por un tiempo que oscila entre algunos minutos y varias horas, volviendo a surgir sus aguas con el mismo caudal anterior. Esta deseca temporal es descrita como de “remota antigüedad” y que a partir del siglo XX ha permitido documentar unas 12 paradas. La última seca ocurrió el 1 de Noviembre de 2011 durante 2 horas 30 minutos.

PosibEsquema geológico de La Fuentonale explicación: Científicamente se suele relacionar las paradas de volumen de agua con las incidencias meteorológicas. El problema es que en la Fuentona este fenómeno no está en relación con este factor, y sigue manteniéndose. Algunos autores sostienen que estas interrupciones pueden deberse a la existencia de un sistema sifónico en el interior de la cueva, en el que periódicamente la presencia de bolsas de aire interrumpa el flujo de agua.

LA LEYENDA DE LA ANJANA DE LA FUENTONA

Cuenta la leyenda que en el interior de esta gruta vive una anjana, la cual sería la causante de que las aguas dejen de manar en La Fuentona.

La anjana es el hada buena en la mitología cántabra. Es la protectora de las gentes honradas, de los enamorados y de quienes se extravían en el bosque y caminos. Físicamente es pequeña, esbelta, con cabellos largos, túnica, sandalias y báculo. Suele habitar en el bosque, teniendo preferencia por las fuentes y los manantiales.

En relación a la mágica cavidad donde nace el manantial de La Fuentona, el escritor Juan Sierra Pando nos lega el hermoso relato de la “Onjana y el Sevillano”:

 “Rumiandu el dichu de la onjana Ilegó el sevillanu a Ruenti, y allegandu a Ruenti, jue y se alcordó de que siendu el entuvia mozueu, oyó conta que cuando la Juentona se seca, que lo jaz una u dos veces al añu, sin causa conocía de alma mortal, pa golver a manar pasau un ratucu con la mesma juerza que endeantes, salen de la cuevona unos comu sonius de moneas, y es que lus ternplarius están contandu los sus caudaliS . Filandu estu con el dichu de la onjana, dio en cavilar que alli debía haber tesoru, y cavilandu que alli había tesoru, dió en ise tos los días a la Juentona y allí s’estaba las horas muertas dendi que Dios amanecía hasta bien entra la nochi, aguardando la seca, que naide sabe cuandu va a venir, pa entrar en la cueva y salir de una vez de probe si tenía la suerte de dar con el tesoro.

La leyenda de la Anjana de la Fuentona, nace a partir del misterio que envuelve al caudal esta gran “fuente intermitente”. Fruto del extraño comportamiento del caudal han surgido infinidad de historias y leyendas; algunas de ellas han sido recogidas por escritores como Manuel Llano (Mitos y Leyendas de Cantabria, 1934) y Juan Sierra Pando (relato “La Onjana y el Sevillano”, 1905).

El agua que brota de las entrañas de las rocas discurre por el pueblo entre sauces, alisos, chopos y fresnos, ensanchando su curso y fluyendo entre los nueve arcos del puente medieval camino del río Saja.