Casa rural fundada en 1951 que en sus inicios fue el primer bar – tienda en abrir en los Tojos. Hace 28 años Sol y sus tres hermanos decidieron seguir los pasos de su padre y de su abuelo y ya son la tercera generación de hosteleros en la familia. Vienen con aires nuevos pero manteniendo la esencia de la cocina tradicional, de cuchara y sobre fuego de leña.
En la carta, cocido montañés y alubias rojas con venao, a los que se añade una esmerada selección de carnes de caza y de los pastos, difícil elección se plantea entre las chuletas de jabalí, el lechazo al horno o las deliciosas albóndigas. Referencia obligatoria merece la tarta de castañas y el exquisito flan de queso.
No encontraremos mejor lugar donde comer y hacer gozar a todos nuestros sentidos empezando con el de la vista con una de las mejores panorámicas del valle, desde su soleado porche; el olfato con ese olor a puchero recién hecho y el gusto no hace falta decir el por qué. El oído, en los Tojos se respira pura tranquilidad y por último el tacto, si algo les caracteriza es el trato familiar que nos hace sentir como en nuestra propia casa.